miércoles, 29 de marzo de 2017

TORRIJAS LIGERAS



Pues casi, casi estamos en Semana Santa y se abrirá la veda a buñuelos, torrijas y todos los dulces típicos de estas fechas. Y sin duda, la reina de estas fiestas, es la torrija. Pero yo, que siempre vengo con tentaciones dulces, hoy os propongo unas torrijas mucho más ligeras, porque no son fritas y le he puesto una dosis de azúcar muy pequeña.

miércoles, 22 de marzo de 2017

FENETRA



Tenía esta receta apuntada en una de esas libretitas que tengo donde guardo recetas desde mucho antes de tener el blog. Al principio pensaba que había escrito mal el nombre y en vez de fenetra, había querido poner finestra, palabra valenciana que significa ventana, y a su vez, que era una receta valenciana que alguien me había dado alguna vez. Hice la receta y me encantó, así que decidí informarme más sobre ella y al buscarla en google, me sorprendió que me saliera una página en francés donde explicaba que era un postre clásico de Toulouse, así que el nombre estaba bien, y de valenciano, nada. 

miércoles, 15 de marzo de 2017

TARTA FLOR DE CALABACÍN Y QUESO



Hoy me tocaba una receta salada, pero no me he podido resistir a traer una tarta, salada, eso si. Ahora que los calabacines han bajado de precio, porque hace tiempo que la tenía en mente, pero con el precio que llegó a alcanzar el calabacín, me pareció una locura. 

miércoles, 8 de marzo de 2017

BIZCOCHO DE HARINA AMARILLA CON GLASEADO



Quería terminar la polenta que me regaló Pilar de La Olla Vegetariana, pero no tenía suficiente para hacer ninguna receta en si. Aproveché un día que fui a la ciudad  para buscar más polenta, pero lo que encontré es una harina amarilla, pero aunque no ponía polenta como si, si que decía que era precocida, así que imaginé que sería lo mismo, y cuando las mezclé ni se sabía cual era cual.

miércoles, 1 de marzo de 2017

TRUFAS DE CHOCOLATE Y CARAMELO DE MANTEQUILLA SALADA



Creo que nací con un paladar apropiado para el chocolate y me dí cuenta desde niña.
Nunca os he contado que no me gustaba veranear en casa de mis abuelos, a parte de porque me sentía muy sola y porque eran unos abuelos muy estrictos, no comía prácticamente nada cuando estaba allí. No tenían nevera, y no penséis que es que hace miles de años, una televisión en blanco y negro que nunca ponían y no me dejaban ver y ni un solo juguete. La leche se la compraban directamente al lechero, era de cabra, con un "potente" olor y sabor a chivo y que hervían a conciencia con la consiguiente nata que yo odiaba.